Seguidores

miércoles, 12 de octubre de 2011

Me siento repugnantemente enferma. Quiero volar y estar hueca, sentirme invencible. Quiero ser perfecta. Ahora mismo, no aguanto mi cuerpo. Pesa demasiado. Me esta derrumbando. Y lo venceré.

Es cuando empiezas a crecer, que te das cuenta de que las cosas no son como pensabas.
Una sola acción ya interfiere en lo que podría ser nuestro futuro, el mio ya esta planeado, de pe a pa.
Y es que no es hasta cuando lo tienes todo planeado, perfecto y maravillosamente soñado cuando te das cuenta de que no es como pensabas, cuando descubres que te queda demasiado y que, probablemente, no llegaras a nada impresionante. Eso es lo malo de nuestro mundo, tantas cosas, tantos sueños y anhelos... No hay tantos para todas las personas que los comparten y, desgraciadamente, nunca eres lo suficiente bueno para que te recuerden. Siempre habrá alguien mejor que tu, y que esa persona, suelen decir que no hay que superar a nadie, solo a uno mismo, pero por eso no dan medallas ni recompensan, por eso no recordaran tu nombre como " la chica que se supero a si misma" y por eso es por lo que odias el mundo, porque nunca nadie podrá saber que era tu nombre y tu persona la que anhelaba ese sueño más que nadie.

viernes, 2 de septiembre de 2011

jueves, 4 de agosto de 2011

Me siento alocadamente alterada. Estoy tumbada en un colchón que he tirado al suelo, boca arriba. A mi lado tengo a un chico, en otro colchón que también tiramos al suelo, el esta de lado. Lleva simplemente la camiseta con la que vino a verme a casa y los calzoncillos bóxer típicos de los tíos. 
Él se ha quedado dormido y tiene la cara justo mirando hacía mi. Me siento incomoda y tensa. Se retuerce un poco, se rasca la nariz con fuerza, pasa su pierna por encima de la mía y rodea mi cuerpo con su brazo. Yo cierro los ojos e intento pensar en algo porque, sinceramente, así no puedo dormir tranquila. 
Con la mente en blanco mi cerebro comienza a dar rienda suelta a la imaginación, a posibles situaciones a... NO. Claro, era evidente que ocurriría. La tienda de campaña en casa, a todo tío le pasa cuando duerme, esperemos que no sea cosa de sus sueños.
Vuelvo a cerrar los ojos y comienzo a pensar, a dejarme llevar... NO. Dios, no dejo de pensar cosas extrañas con él chico que tengo durmiendo justo a mi lado, ¿que me pasa?
Sí, nos besamos lentamente, me mira y aparta un mechón de pelo de mi cara. Yo cierro los ojos lentamente y dejo mis labios entreabiertos esperando sus carnosos labios que no tardan en juguetear con los míos. Los besos pasan a ser cada vez más apasionados, con amor pero con locura. Noto sus manos que bajan de mi nuca a mis pechos y comienzan a quitarme la blusa rosa caqui que llevaba puesta. Su mano, suave y cálida se desliza por mi vientre hasta llegar poco más abajo del ombligo. Abro los ojos y miro sus labios, deseosa, con ganas de más. Me besa y luego alzo la mirada, solo un poco. No reconozco ya esos ojos, ni ese corte de pelo. Espera. ¿O sí? 
Me despierto, alterada y sudorosa, con la mano de mi amigo alrededor de la cintura, notando en mi pierna izquierda su bultito y veo que tiene los ojos cerrados y duerme tranquilo. Resoplo entre anonadada y perpleja. Siempre me había parecido atractivo, es cierto. Pero tanto como para tener un sueño así con su padre, pues no sé, nunca se espera.

miércoles, 3 de agosto de 2011

-Yo siempre he querido tener un amigo gay- dice Mimi mientras entramos al cine comiéndonos nuestro paquete de palomitas.
-¡Pues para ti! No sé que les veis.
-Bueno, podría ser la única persona a la que le podría contar todo y que me entendiera y siempre me escucharía, pasase lo que pasase.
-Mimi, cariño, que no es un extraterrestre solo es un gay. Sigue siendo tío y como tal no puede hacer nada de eso. Lo máximo que puede pasar es que te toque una teta sin empalmarse, darte picos delante de la gente para creerse mejor e incluso te obliga a ponerte tacones y todo tipo de ropa que no te pondrías hasta los 23 años con la escusa de que el sabe lo que le gusta a los tíos y nosotras no. ¿Aún sigues queriendo tener un amigo gay?
-Pues si, por lo menos me diría buenas formas de vestirme.
Miré a Mimi con la cara un poco entre medio del asco y lo espeluznante. ¿Como una chica podía ser tan... imbécil? Idiota... Pondría una mano al fuego de que si llegara a tener un amigo gay, se enamoraría de él.

domingo, 31 de julio de 2011

Quiero perder totalmente el control, en tus brazos. Quiero gritar de todo al mundo entero, hasta mis peores sentimientos. Quiero poder decirte te quiero, sin temer un adiós de nuevo. Quiero, quiero soñar todos los días cada momento, cada sinfonía. Quiero tirar el mundo por la ventana, quiero olvidar el dinero. Quiero.
Pero no puedo.

¿Amigos para que?

Sí, existen esa clase de amigos que nunca te fallan. Esa clase de personas que siempre te secan las lágrimas, esos que te hacen reír hasta mearte encima y esos que les digas lo que les digas siempre te perdonan. Pero esos... esos sólo existen en los cuentos, las películas y los sueños. ¿Donde están todos aquellos que te prometieron amistad para siempre? ¿Donde están los que te dicen que te echan de menos?
Y sí, existen esa clase de amigos que te fallan, día a día, por la primera tontería que se nos ocurra. Están esa clase de personas que solo saben falsear ante el mundo y ante la gente. Perdonarme toda esa clase de amigos que verdaderamente valen la pena, enserio, lo siento. Pero tengo que atreverme a decir que de esos, pocos quedan.

sábado, 30 de julio de 2011

Hueca, vacía, olvidada, aburrida. Así te sientes con la monotonía de la vida, cansada de día a día hacer y esperar lo mismo de las personas y entonces llega. Llega esa persona que te dice: hola, disfruta. Y ahí estas tu con el miedo de dejarte llevar o no, con la adrenalina casi tocando las nubes que provoca ese deseo de querer besarle, abrazarle y no soltarle nunca.

miércoles, 27 de julio de 2011

Sinceramente, ¿quien en su sano juicio es capaz de juzgar a alguien por cambiar? Vale, perfecto. Seré una desagradable, antipática, arisca, cabrona, pasota y egoísta. Pero eso sí, soy clara y sé lo que quiero y lo que no quiero.
A mi me hablan de verdaderos amigos, de amores de película y de dramones relacionados con ropa. Me río, me río en sus caras. Verdaderos amigos que se critican a las espaldas, se hacen daño mutuamente y luego todos se hacen los inocentes. Se echan mil mierdas encima y luego se arrepienten, quieren que todo le salga bien cuando son ellos los que lo cagan todo. Amores y encima de película... ¿ Sabíais que las películas son ficticias? Y lo mejor de todo "amigos", ¿nunca os habéis parado a pensar que es un drama? Drama no es que no te entre un vestido, o que no sepas que zapatos comprarte. Drama es algo importante. Ya basta, por favor. Dedicáis vuestras vidas a haceros las víctimas criticando a la gente que os rodea, eso si es de falsas pequeñas.
Os puedo decir que he cambiado, y para mi no es nada malo ser el tipo de persona que soy. A mi me gustan las películas de amores imposibles y las de magia y ciencia ficción, pero eso, a diferencia que a vosotras, no me hace olvidar el mundo en el que vivo. Para vosotras seré egocéntrica, para mi es ser realista. Me veréis una persona arisca, yo solo desconfió del resto. Y pensaréis mil cosas más, seguro que más desagradables.
Pensar lo que os salga del coño.
Porque vosotras solo pensáis, luego soltáis lo contrario.
Verdaderas amigas, un besito en vuestro culito.

viernes, 22 de julio de 2011

Querido misterio:

Tengo que reconocerlo, tengo miedo. 
No es miedo a las avispas, ni fobia a las arañas. No es ese tipo de miedo que se soluciona con pensar en otras cosas, no. Tengo miedo a la vida, al paso de los años, a las despedidas. Tengo miedo a enfrentarme a otro mundo, uno que no sea el mio. Miedo al rechazo, a las burlas, a un "empecemos de nuevo".
Cada vez que miro atrás veo recuerdos, me arrepiento de muchos ellos y mi mente se llena de dudas. Quiero huir y escapar, dejar todo atrás. Ahora, dios, ahora estoy apunto de conseguirlo. De dejar todo lo que tenia atrás y empezar de nuevo, pero... Es triste recordar tantos momentos, tantos disgustos o felicidades, tantas... tantas cosas. 
Da... miedo decir adiós a lo que antes querías, es impresionante todas las personas a las que les he dicho "para siempre", es increíble a cuantas les voy a fallar.
Pero... a fin de cuentas, os echaré de menos.







                                     
                                     Atentamente, despedida.

viernes, 15 de julio de 2011

Siempre pensé que las amistades son como las manadas. Siempre hay muchos conflictos. Siempre hay mucha diversión. Siempre hay pequeños que se pierden por el camino. Pero al fin y al cabo esos grupos de amigos son pequeñas manadas, porque siempre, siempre, siempre quien se pierde acaba volviendo, los que discutían acaban en besos y las risas se hacen más fuertes. No son manadas egocéntricas y únicas, que va. Solo digo que cada mochuelo vuelve a su olivo y eso pasa en los grandes grupos de amigos.

domingo, 26 de junio de 2011

F__CIDAD












Lo único que me falta es ÉL.
Llevo 48 horas encerrada en casa. Me quedan 12 para salir pitando como una posesa. No es molestia estar encerrada entre unas cuantas paredes. No es molestia que nadie llame para decirte cuatro tonterías. No es molestia esperar a que alguien lo haga. He descubierto, por suerte, que no todos los que dicen  ser amigos lo son. Hay veces, demasiadas veces, que te usan como trapos y hay veces, también demasiadas, que nunca te das cuenta. No puedo culpar que yo sea demasiado, como decirlo... antisocial con mi propia gente. Puede que también sea un poco miedica, según dicen claro. Pero esta claro que no puedo cambiar. Llevo 15 años siendo inocente y bonita, perfecta estudiante y mosquita muerta. Pero eso no cambia a que sea tonta. No, no lo soy. Sé lo que hago y lo que hacéis. Se perfectamente con quien trato y por eso soy así. 
Claro, como no darse cuenta. No todos los que dicen ser amigos lo son.

sábado, 25 de junio de 2011

STOP.

He corrido a mil kilómetros por hora en la autopista de mi vida. He recorrido mares con mareas mareosas y cielos con mil soles y mil lunas vigilándome. He pisado mierdas con el pie derecho y luego con el izquierdo, pero no dan suerte… está comprobado. He soplado dientes de tigre en cada prado pidiendo estúpidos deseos inalcanzables y he buscado tréboles de cuatro hojas con el fin de que se cumpla mi sueño. He corrido tan rápido por el mundo buscando algo, buscando alguien. La pena es que hay veces que corremos tan deprisa, aumentamos la velocidad de nuestro transporte el cuerpo por la autopista de mi vida que no nos damos cuenta de que estamos a punto de atropellar a lo que andábamos buscando desde hacía miles de lunas, y justo cuando estas a punto de chocar, caer y destrozar tu vida por completo le das al stop y todo se detiene. Escasos centímetros salvan lo que yo buscaba de mi cuerpo, y  sonrío al pensar que no he acabado con ello, que no he acabado contigo. Entonces pasan como dos eternidades así mirándose y sintiendo esa extraña sensación en el cuerpo, sintiendo como si viajaras a mil kilómetros por hora aún que no nos movemos, luego son 3 fugaces segundos los que tardamos en besarnos, sentirnos y dárnoslo todo. Y cuando ya se cansa, cuando tu mayor objetivo tiene todo de ti, cuando te das cuenta que lo que tu buscabas verdaderamente solo trataba de huir de ti, entonces vuelvo a subir la velocidad a más de mil kilómetros por hora, intento alcanzar esa sensación que experimentaba con él a través de la adrenalina de la velocidad y, cuando este tan tremendamente obsesionada por alcanzar esa sensación de nuevo olvidare cual fue tu nombre, olvidare lo que fuiste y lo que sentí y, sólo entonces, volveré a acelerar para encontrar lo que busco y no pararé hasta chocarme.

Elecciones.

¿Quieres zumo de piña o de melocotón? ¿Quieres acostarte o seguir viendo la tele? ¿Vamos a la montaña o a la playa? ¿Vienes a mi casa o voy a la tuya? ¿Jugamos o pintamos? ¿Me quieres o no me quieres? Todo en esta vida, son elecciones. Puedes elegir una u otra, pero siempre eliges, y siempre lo que crees conveniente en ese momento, lo que te gustaría hacer. Nunca nos paramos a pensar en después, en cómo le sentará al mundo lo que elijas. A veces decidimos crecer antes de que nos llegue la hora, queremos elegir el sabor de nuestro zumo sin saber si le somos alérgicos al melocotón, queremos ver la tele hasta tarde aunque al día siguiente no nos podamos levantar, preferimos ir a la playa y perdernos un día entero conociendo animalitos, vamos de un lado a otro sin pararnos a pensar en la vuelta, queremos jugar todo el día aunque nos cansemos más que nadie. A veces, una simple elección puede cambiar tu vida. A veces decimos demasiado rápido te quiero, pronunciamos las palabras antes de saber qué valor tienen y que consecuencias traen. Y, sólo a veces, es mejor callarlas y esperar a que la persona adecuada te las saque de la boca sin preguntas, simplemente que haga que suenen como un hola cada vez que salen de tu boca, que parezca que es normal quererle tanto, que dé la impresión de que llegaste al mundo sólo para decirle te quiero.  

Nos separan escasos metros pero ninguno de los dos es suficiente valiente como para acercarse primero. Los dos sabemos que queremos, los dos sentimos que lo necesitamos pero los músculos de nuestros cuerpos se han tensado y paralizado, no nos dejan avanzar. Quiero alargar el brazo y poder acariciarte, poder notarte y así entender que no eres un sueño. Necesito abrazarme a ti y sentir cada uno de tus besos, notar ese calor que tanto me gusta y esas manos aferradas a mi cuerpo.  


Te necesito a ti.
Basta de preguntas, adiós a las distinciones entre el bien y el mal. Basta de respuestas sin sentido, adiós a las dudas, negaciones o afirmaciones. Que no hay respuesta lógica a un sentimiento sincero. No hay palabras que basten para aclarar el emborronamiento más grande. ¿Por qué preguntamos? ¿Por qué dudamos? Calla, deja de preguntar ya. Ahora sólo cierra los ojos. ¿Notas mi respiración junto a la tuya? ¿Notas los escasos metros que nos separan? Ahora, haz lo que sientes y no pienses.


¿Love?

Estas sentada en el patio de esa casa desconocida, abrazada a dos fuertes brazos que llenan tu cuerpo de calor. Un  calor indefinido que no entiendes para nada. Él te abraza, te coge de las manos, te besa el cuello y apoya su barbilla en tu hombro. Sigues sintiendo ese color que abrasa todo tu cuerpo y notas como el corazón empieza a acelerarse tontamente. La conversación no es ni interesante ni larga, pero el calor que posee nuestros cuerpos hace que nos olvidemos de las palabras, de los sueños y los deseos. Se detiene el tiempo y sin saber cómo ni porque me giro y él me abraza. Él me rodea con sus fuertes brazos y me mira. Su mirada se pasea desde mis grandes ojos hasta mis tiernos labios. Le espero, vergonzosa, con la mirada baja y los labios entreabiertos. Y me besa, él me coge de la cintura y me acerca más a su cuerpo, quiere sentirme cerca, necesita de mi calor. Entrelazo mis finos dedos en su cabello y me acerco más a él, no nos separa nada. El silencio es enorme y solo se oyen nuestras agitadas respiraciones y los besos que nos damos locamente. Nos detenemos y  nos miramos. Hay pasión, hay deseo y es que no sé qué tiene que yo no me resisto y no puedo dejar de mirarle, de besarle y de quererle cerca. Nos levantamos y nos separamos, nos miramos avergonzados y luego él avanza hasta mí. No sé qué tengo que él no puede alejarse de mí. Me rodea con su brazo y caminamos por la calle, lentamente, silenciosamente. Nos miramos, nos besamos. El calor de nuestros  cuerpos podría incendiar un edificio, hay pasión. Él me coge de la cintura y me pega a su cuerpo. Yo suspiro al sentirme tan cerca, tan acalorada. Él baja sus manos hasta mi culo y me aproxima todo lo posible a su cuerpo y yo noto cada musculo, cada pulsación y cada parte de su cuerpo. Él me levanta besándome sin parar y me apretuja entre su cuerpo y la pared, no me quiere dejar ir. Yo no quiero parar, no puedo. Le beso, le siento, quiero dárselo todo, quiero ser suya el máximo tiempo posible.
Él quiere, yo quiero.  


Cuando te ves sumergida en el pozo de los recuerdos y nadie te tira un grande cubo para que subas a la superficie, cuando lo único que cabe en tu corazón es el amor más grande, cuando poco a poco ves como todo lo que tenías se desvanece... Cuando te quedas a solas con ese pozo de recuerdos y tienes que ver una y otra vez las mil aventuras ya vividas, las miles de personas que han pasado por tu vida y todos esos sentimientos que entregaste inocentemente. Ahí, es cuando todo está perdido.  


Ahí está ella, caminando sin destino. La veo cruzar inconscientemente hasta llegar a mitad de la carretera. Se detiene, siguiendo sólo el sonido del tictac de su reloj, y cae al frío suelo de grava que tenia a los pies. Se estremece a su frío tacto, se estremece al saber que la separa de una gran montaña de tierra una fina capa de grava.
Tierra, arena, barro, hierba, flores y mariposas, polvo, raíces, árboles, arbustos, ramas y malas hierbas, piedras, insectos, pinchos, fango y bichos. Eso es la vida.
Ella vuelve a estremecerse y se tumba inconscientemente en el frío suelo de grava con un fuerte golpe. Mira al cielo, ese precioso cielo de la noche… ¿pero qué dice? ¿Precioso? Entorna los ojos hasta llegar a pasar por una china, mueve la cabeza de un lado a otro intentando lo imposible, se retuerce y estremece. ¿Dónde fueron las estrellas? ¿Dónde desapareció la luna?
Se recuesta en su lado derecho y mira la farola que hay colgada de una alta finca. La mira irradiando agonía. Ve la finca donde, por una ventana, puede ver el reflejo de una televisión y tontas personas riendo por su contenido.
Grava, cimientos, ladrillos, azulejos y metal, luces, cables, electricidad y gas, bombillas, grifos, mármol y materialidad. Eso es la destrucción.
Tú, yo, él… ella es la tierra, cada extremidad es una raíz que la une a su país. Vuela, libre como las mariposas cuando el árbol se hace grande y vive lejos de nube en nube como los pájaros. Baja y coge ramas para sus nidos y cría hijos en cada arbusto que ve a lo lejos. Come cada bicho e insecto que ve en el barro. Se revuelca por el polvo sin preocuparse de mancharse. Se lava sin miedo en el estanque del parque y juguetea de pez en pez como loca. Arranca las malas hierbas y saca las buenas. Soporta vientos y lluvias. Espera el sol. Es libre y ríe mientras es feliz. Eso, eso es la vida.
Y ahí la tenemos a ella, un pedacito de la poca vida que queda en el mundo echada sobre un campo de hormigón y grava que le consume el calor y la vida de forma cruel y fría. Ahí está ella, esperando a que un manto de grava y fuerte electricidad la lleve con la tierra, la vida y sus maravillas. Y así de tontos somos nosotros que cuando vemos un pedacito de vida lo arrancamos y convertimos en material, nos autodestruimos por querer llegar a más.
Ambición  y egoísmo, consumistas de la vida y la humanidad. Un árbol marchito al que le arrancamos las flores llenas de dolor.

Eso es a lo que llamamos vida. 

Un sentimiento de horror se apodera de ella cada vez, que con una sonrisa, entrega al mundo lo que mejor sabe hacer y el mundo se lo tira a la cara despreciando, riendo y burlándose de cada mísero movimiento que reproduce su cuerpo. Ella ya no puede más, se va debilitando cada vez que ve como pasa y ríen de ella, de sus sentimientos, y van dañando su pequeño corazón.
¿Por qué todos me superan?” Se pregunta ella.

¿Por qué en nada destaco?” Se entristece ella.
“Y qué valor tiene saber hacer bien matemáticas, francés, inglés, valenciano y las mil lenguas del mundo. Y qué valor tiene ser buena en todo, en lo difícil y lo fácil, si en nada, nada, nada destaco.” Se lamenta ella.
Mil y una lágrimas derrama ella mientras ve que le arrebatan el sueño, cuando se da cuenta de por más que haga nunca destacara en nada. Ella quiere que se la trague el mundo y 
desaparecer.

Prefiero no vivir que vivir entre sueños.” Y ella no despertó, jamás.


Siento como cae una pequeña lágrima que recorre mi mejilla cariñosamente. No pretende hacer daño ni tampoco molestar, sólo pretende caer y desaparecer. Cuando juguetea por la punta de mi barbilla, oscilando curiosamente, la cojo y no la dejo escapar. La miro incrédula, parece una perla, un diamante precioso que brilla como las estrellas. No puedo dejarla caer, ni mucho menos desaparecer. Pienso entonces porque esta pequeña, tan insignificante e indefensa, lágrima causa tanto dolor al caer si acaricia tan dulcemente el rostro, porque asociamos el desconsuelo más intenso en unas lágrimas y un terrible sollozo. La miro, es un diamante, un precioso diamante de puro dolor. Grito, sollozo y se me corta la respiración. ¿Qué va mal? Todo parece perfecto. Miro alrededor, no hay nada. Otra lágrima cae lentamente por mi mejilla. Me tumbo. La noto, cosquilleante, caer por mi nariz y posarse en la punta jugueteando y haciéndome reír. La cojo cuidadosamente y le digo, lentamente, eres tú la que me escucha y hace desaparecer el dolor, la que me entiende, la que me hace reír, la que siempre esta cuando nadie quiere estar.


Eres tú, pequeña lágrima, la que nunca desaparecerá en los peores momentos y, la que en los buenos, se alegrará de mi felicidad.

Sentada como de costumbre, con una pierna encima de la otra. A oscuras en mi conocida habitación con un cigarro entre las manos. Bebo el aire que me rodea como si de una droga se tratase. Miro a mi alrededor y, a penumbras, veo los tantos cuadros que me rodean que están huecos y vacíos. Uno tiene estampado de tigre, tiene el tamaño perfecto para cogerlo entre dos manos y la ligereza adecuada para llevarlo a cualquier parte. En su interior no hay imágenes, ni fotos de dos amigas abrazándose ni de dos novios besándose. Simplemente se ve el marrón enfermizo de cartón que tienen todos los cuadros vacíos. Tenía una imagen, oh, por supuesto que la tenía. La tiré. ¿Quien en su sano juicio querría tener una imagen carente de sentimiento y valor en un cuadro tan bonito? Sí, puede que para muchos la amistad o el amor sea tener una foto bonita y divertida en un cuadro original y con estilo, pero para mi la amistad es el sentimiento que refleja. Y por eso estoy en esta habitación oscura, rodeada de cuadros vacíos libres para ser llenados por grandes personas, por gente con sentimiento. Por eso tengo un cigarrillo entre las manos y estoy escuchando canciones animadas, con ritmo y gracia. Para poder encontrar algo emocionante que no sea caras de falsos amigos sonriendo a una habitación que no les importa ni lo más mínimo.