Llevo 48 horas encerrada en casa. Me quedan 12 para salir pitando como una posesa. No es molestia estar encerrada entre unas cuantas paredes. No es molestia que nadie llame para decirte cuatro tonterías. No es molestia esperar a que alguien lo haga. He descubierto, por suerte, que no todos los que dicen ser amigos lo son. Hay veces, demasiadas veces, que te usan como trapos y hay veces, también demasiadas, que nunca te das cuenta. No puedo culpar que yo sea demasiado, como decirlo... antisocial con mi propia gente. Puede que también sea un poco miedica, según dicen claro. Pero esta claro que no puedo cambiar. Llevo 15 años siendo inocente y bonita, perfecta estudiante y mosquita muerta. Pero eso no cambia a que sea tonta. No, no lo soy. Sé lo que hago y lo que hacéis. Se perfectamente con quien trato y por eso soy así.
Claro, como no darse cuenta. No todos los que dicen ser amigos lo son.
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